20 de diciembre de 2005

Sólo necesito...

Para escribirte necesito sólo un minuto de paz; sólo un minuto de tus ojos claritos y profundos, timiditos a veces...
No he querido decirte muchas cosas porque sé que estás un poco "en otra", por razones varias y quiero ser tu descanso y no una contaminación adicional en tu cabeza y en tu corazón. Pero aquí estoy, sabes? Cerquita tuyo, quizás hasta un poco adentro. Mal que mal resulté ser un gato inesperado.
Eso me trae a la memoria la vez que me lo dijiste con carita contrariada y medio rascándote la cabeza (crash, crash !).
Eso me trae a la memoria que esto no debía ser, pero qué diablos. Como te dije, las cosas que han de ser, serán y nada sacamos con devanarnos los sesos. Lugar común: el corazón tiene razones que la razón desconoce. Y que bah ! Eres mi lucecita, y quizás yo alcance para farol; eres mi lucidez, y quizás de mi locura alcance para las dos.
No sé. Estoy como Penélope. Tejo y tejo, deshago y deshago. Así el tiempo quizás alcance. Así quizás el palpitar arrase. Viví media vida en la inconciencia del no saber; la otra mitad la he vivido queriendo saber; analizando todo; sopesando todo; deslizando todo; entregando todo, y a veces perdiendo todo también.
Y qué remedio, si soy balanza de dos platillos, con un eje medio alterado que rara vez los tiene equiparados; qué remedio si soy felino absolutista con cara de tigre y bigotes de minino empedernido.
Pero la razón, esa que a veces me es esquiva, se complace en acompañarme, las más de las veces.
Y es por eso que te quiero, y por eso te voy amando así, despacito. Porque tu claridad y delicadeza me apañan y me arrullan cuando lo necesito; porque resultaste un cable a tierra adicional para este tinglado de cables RCA de múltiples conexiones.
Por eso, no nos afanemos por el día de mañana, que el día de mañana traerá su propio afán.

No hay comentarios.: