
Blogger.Com fue la casa que vió nacer las ansias de ésta mujer por escribir su vida en líneas que nunca supuso serían vistas por alguien más. Y es que siempre he sido honesta al decir que este blog nació más bien como un ejercicio plenamente autoreferencial. Un lugar donde almacenar mi memoria, y así, alguna vez, ya entrada en años, poder volver y recordar aquellas cosas vividas que el tiempo, y los años, hubieran podido borrar de mi mente... Eso, siempre y cuando no hubiera olvidado qué mierda es un blog, o dónde dejé escrito lo que escribí, y si es que llego a recordar que escribí alguna vez !!
Bromas aparte, aquí estamos, mi blog y yo, tres años después. Yo, con algunas cuantas canas más. Él, con casi 200 posts que, en comparación con la prolífica obra de otr@s, no parecen más que pequeñísimos y ligeros granitos de arena en un mar inconmesurable de escritos, gritos y desahogos varios.
Hoy, por razones que no es necesario especificar, el blog de Athenea, Mujer A Voz En Cuello, migra hacia otros espacios cibernéticos. Específicamente, a Wordpress. Por un tiempo, sin embargo, mantendré ambos blogs alineados hasta que las pocas, poquisimas bloggeras y amigas que me visitan se acostumbren a mi nueva dirección.
Este espacio ha sido lugar de encuentro, reflexión, aventuras variadas, risas, decepción., y mucha alegría. Y supongo que ha sido así simplemente porque así lo quise. Aquí he reflejado, de un modo u otro, velada o abiertamente, muchas de mis esperanzas, emociones, sentimientos, en fin. Como lo dijera días atrás, este blog se ha convertido en un amigo. Un amigo silencioso, pero fiel. Porfiado a veces, sobretodo cuando no me deja hacer lo que quiero, cuando me pone límites técnicos o de otro tipo.
Así es que a tod@s aquell@s que me han leído y compartido conmigo, y quieran seguir haciéndolo, pues l@s dejo invitadísim@s a mi nuevo hogar:
http://blogdeathenea.wordpress.com
El blog de Athenea, Mujer a Voz En Cuello, en su versión blogspot.com, cierra aquí sus puertas para abrir otras nuevas, con nuevas cosas que vivir; con una nueva energía y todo un sendero por delante para llenarse de ella y repartirla a los cuatro vientos con quienes me acompañan de cerca o de lejos; en la materia o en el espíritu, en las ideas y sobre todo en la esperanza de hacer algo por cambiar este mundo, así sea que ese deseo termine como el porfiado epitafio de quien vive y lucha porfiadamente... Es decir, a su manera.
Un abrazo grande, GRANDE. Y recuerden que no es una puerta la que se cierra, sino una nueva que se abre...
Bromas aparte, aquí estamos, mi blog y yo, tres años después. Yo, con algunas cuantas canas más. Él, con casi 200 posts que, en comparación con la prolífica obra de otr@s, no parecen más que pequeñísimos y ligeros granitos de arena en un mar inconmesurable de escritos, gritos y desahogos varios.
Hoy, por razones que no es necesario especificar, el blog de Athenea, Mujer A Voz En Cuello, migra hacia otros espacios cibernéticos. Específicamente, a Wordpress. Por un tiempo, sin embargo, mantendré ambos blogs alineados hasta que las pocas, poquisimas bloggeras y amigas que me visitan se acostumbren a mi nueva dirección.
Este espacio ha sido lugar de encuentro, reflexión, aventuras variadas, risas, decepción., y mucha alegría. Y supongo que ha sido así simplemente porque así lo quise. Aquí he reflejado, de un modo u otro, velada o abiertamente, muchas de mis esperanzas, emociones, sentimientos, en fin. Como lo dijera días atrás, este blog se ha convertido en un amigo. Un amigo silencioso, pero fiel. Porfiado a veces, sobretodo cuando no me deja hacer lo que quiero, cuando me pone límites técnicos o de otro tipo.
Así es que a tod@s aquell@s que me han leído y compartido conmigo, y quieran seguir haciéndolo, pues l@s dejo invitadísim@s a mi nuevo hogar:
http://blogdeathenea.wordpress.com
El blog de Athenea, Mujer a Voz En Cuello, en su versión blogspot.com, cierra aquí sus puertas para abrir otras nuevas, con nuevas cosas que vivir; con una nueva energía y todo un sendero por delante para llenarse de ella y repartirla a los cuatro vientos con quienes me acompañan de cerca o de lejos; en la materia o en el espíritu, en las ideas y sobre todo en la esperanza de hacer algo por cambiar este mundo, así sea que ese deseo termine como el porfiado epitafio de quien vive y lucha porfiadamente... Es decir, a su manera.
Un abrazo grande, GRANDE. Y recuerden que no es una puerta la que se cierra, sino una nueva que se abre...